miércoles, 1 de diciembre de 2021

 

DIÁLOGOS Y DEBATES




La filosofía y la ciencia de Occidente comienzan con los griegos, específicamente con los diálogos de Platón. La ciencia moderna se inicia con los dos magníficos diálogos de Galileo. Los debates entre Einstein y Niels Bohr son imprescindibles para quien quiera profundizar en los grandes desafíos filosóficos que plantea la revolución de la física cuántica.

Es sintomático que en relación al calentamiento global y al cambio climático el diálogo y la discusión hayan desaparecido completamente luego que el comité Nobel acordara premiar con el galardón por la Paz al Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas.

¿ Qué sucede, entonces, con los debates sobre el calentamiento global y el cambio climático?

¿ No es extraordinario que, siendo ambos los temas que parecen suscitar grandes interrogantes respecto al futuro de la humanidad, hayan desaparecido los debates serios entre científicos de posiciones encontradas?

Durante los noventa, y hasta el momento en que Al Gore y los científicos del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático - IPCC - fueran galardonados, en los EE.UU era común que se realizaran debates en las universidades. Los representantes de una y otra persuasión - los defensores de la posición oficial del IPCC por un lado, y los científicos escépticos por el otro, exponían sus argumentos y los fundamentaban frente a una audiencia amplia.

Se daba el caso que los representantes de la posición oficial - la narrativa del IPCC - perdían el debate casi indefectiblemente.

Sus argumentos y sus fundamentos eran muy pobres: modelos del clima que no se ajustaban al clima real, más ocasionales referencias a factores considerados catastróficos, pero que analizados correctamente sólo mostraban eventos del clima/ tiempo recurrentes y que estaban documentados desde hacía mucho.

Los científicos escépticos, en cambio, presentaban la ciencia del clima remarcando la gran complejidad que ella acarreaba, explicando que tratar de reducir las causas de la variación climática a una sola variable, el dióxido de carbono , conducía a inconsistencias y contradicciones.

Después del 2007 desaparecieron los debates y las discusiones, y se multiplicó la propaganda alarmista en forma exponencial. Llegamos, así, al 2021, con una situación donde los políticos y militantes del climatismo, reunidos semanas atrás en Glasgow, tuvieron que apelar a todo tipo de malabarismos verbales para poder clausurar una reunión donde las excusas y los subterfugios reemplazaron cualquier tipo de consideración racional.

Si esta última hubiese existido, habría significado tener que admitir que la Ciencia - esa ciencia que nos legaron los griegos y llevaron a su cima los hombre de la Ilustración - no fundamenta en absoluto los diagnósticos catastrofistas.

 

viernes, 10 de septiembre de 2021

LOS LÍMITES DE LA CIENCIA COMO INSTRUMENTO DE POLÍTICOS Y BURÓCRATAS.

 En las últimas décadas se ha ido imponiendo en la opinión pública mundial una perspectiva pesimista respecto del futuro del planeta.

A fines de los años '60 del siglo XX, el Club de Roma lanzó un diagnóstico con el título LOS LÍMITES DEL CRECIMIENTO. La idea dominante en este análisis era que el crecimiento de la población y el desarrollo económico estaban afectando los ecosistemas del planeta y que era necesario controlar la población y el desarrollo económico, de modo de frenarlos por el bien de la naturaleza a largo plazo. El informe fue criticado porque sus evaluaciones carecían de todo fundamento cuantitativo, ignorando los adelantos que la ciencia y la técnica aportaban para el mejoramiento de los ámbitos productivos de los ecosistemas del planeta.

Treinta años después, y a pesar de que la Revolución Verde y otros desarrollos habían permitido acabar prácticamente con el hambre en la mayoría de los países del Tercer Mundo, los amantes de la Naturaleza y enemigos de la Humanidad volvieron al ataque. Esta vez se trató de la amenaza a la salud del planeta por las emisiones de dióxido de carbono CO2 - proveniente de la quema de combustibles fósiles - carbón, petróleo, gas -.

Se creó, en el ámbito de las Naciones Unidas, el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático -IPCC - y se empezó a batir el parche de la inminente catástrofe climática; hay que reconocer que la tarea de asustar al mundo fue delegada en las ONG's ecologistas y en los políticos y demás burócratas que pensaban que agitando el miedo de la catástrofe climática podrían obtener beneficios a largo plazo, ya que toda burocracia necesita de motivos para expandirse y abarcar cada vez más ámbitos del quehacer de la sociedad.

Hay que remarcar que estas ideas que surgen de los Think Tanks son patrimonio casi exclusivo de una minoría intelectual, y sus engranajes de transmisión son los políticos y periodistas que se encargan de los contenidos de los medios de difusión masivos; llegan al público general como mensajes o fogonazos que intentan llevar preocupación y formar una opinión pública que luego adhiera mansamente a cualesquiera políticas regulatorias e intervencionistas que seguramente serán contraproducentes para el bien común.

En esto se parecen a las grandes ideologías o relatos que han llenado las visiones del mundo de las generaciones del sigloXIX y XX : Nacionalismo, Socialismo, Comunismo: Patrimonio al principio de un grupo de iluminados, se propagan a través de minorías intolerantes que por métodos violentos terminan desquiciando la vida de los pueblos.

No creo que el caso del Ecologismo y del Climatismo difiera del de sus predecesores: se trata de visiones interesadas que nada tienen que ver con la realidad del planeta.

Es verdad que los informes técnicos del IPCC no contienen en forma explícita los diagnósticos sombríos que escuchamos todos los días en los medios informativos, y que incluso sus críticos piensan que allí no está el problema principal, sino en la acción de los grupos de intereses que exageran las posibilidades del calentamiento y los efectos negativos que tendría sobre el planeta. Pero hay que remarcar que el ámbito de estudio del IPCC se limita a los efectos que los humanos tienen sobre el clima, y que sus instrumentos son los modelos climáticos; no se estudia la variabilidad natural típica del sistema climático de la Tierra, ni se toman en cuenta la infinidad de estudios paleoclimáticos - estudios del clima del pasado - que aportarían una visión mucho más amplia.

Algunos piensan que el encadenamiento que se ha dado para el crecimiento de esta visión pesimista en las últimas décadas se debe al intento de ciertos grupos dentro de la élite económica de los países centrales por controlar la utilización de la energía y de los recursos naturales en los países en desarrollo de la periferia, es decir, imponer un cierto control en el ritmo de los cambios imparables que el propio proceso científico-tecnológico impone a las sociedades. Pero no cabe duda que existe una dinámica propia de los grupos intelectuales que se ubican en la cabeza de toda sociedad, y que son propensos a imaginar escenarios apocalípticos que de alguna manera proyectan en la sociedad y la naturaleza los procesos mentales particulares de los espíritus mesiánicos.

Para contener esta propensión a la catástrofe y la guerra, algunos hombres geniales - Galileo, Leibniz, Descartes, Pascal, entre los principales - crearon la Ciencia Moderna en los siglos XVI y XVII, que es fundamentalmente una dirección espiritual hacia la moderación, el realismo, y los intereses primarios de los hombres: la convivencia, la alimentación, la salud. Para ello se esforzaron en combatir el Dogma de su época, desplegando los métodos de investigación, validación y prueba que son tan caros al verdadero espíritu científico.

Todo lo contrario a las ideologías y las seudociencias del ecologismo y del climatismo, que abandonan todo intento de crítica y debate, para entregarse a un discurso que se impone a puro golpe de exageraciones .

miércoles, 27 de enero de 2021

 

MALENTENDIDOS Y EQUÍVOCOS RESPECTO DE LA CIENCIA II

 

Una postura idealista, nostálgica de los buenos viejos tiempos de la sociedad liberal nos desvía del punto principal: las amenazas que las nuevas circunstancias sociales acarrean para la noción de la buena sociedad, de la buena vida.

 

La ciencia moderna con su portentoso despliegue existe gracias a la increíble expansión que desde el siglo XVIII se dio en las economías europeas,  y en los Estados Unidos de Norteamérica a partir del siglo XIX.

Debe su misma existencia a las características de la sociedad liberal, que se había abierto camino en contra de los privilegios de las castas y luchando para imponer la ilustración ciudadana frente al oscurantismo del dogma religioso.

Así que también la ciencia como institución, sufre de los mismos peligros de corrupción que siempre han estado dando vueltas alrededor de las cosas sociales.

 

Las contradicciones aparecen enseguida, ya que el concepto de buena vida y de buena sociedad es inseparable del sentimiento religioso.

Para nosotros occidentales ese sentimiento es la tradición judeocristiana, y aún quienes se consideran ateos o agnósticos pueden ver que la dignidad de la persona humana tiene su asidero más firme en esta única idea: cada uno es absolutamente responsable.

 

Leo Strauss plantea que nuestra doble herencia, Jerusalem y Atenas, la una que nos impone la obediencia a nuestros padres y la otra la búsqueda de la excelencia, resultan en la contradicción en la que ha vivido permanentemente Occidente y la sociedad liberal.

 

Peor aún, ya que las verdades a las que apelan los científicos modernos, ya se trate de la cosmología del espacio - tiempo o de la dinámica de los ecosistemas, son absolutamente inanes para lo que verdaderamente importa a cualquier persona

 

 

Por eso nos parece una gran pérdida que los desarrollos de las humanidades en las últimas décadas sólo nos hayan mostrado los aspectos sombríos de la actividad de las ciencias exactas y naturales, desconfigurados de esta gran crisis de la sociedad liberal.  Se falsifica así la historia del pensamiento y del hacer científicos, complacientemente con los deseos de aquellos que no han sabido o no han querido buscar otras fuentes más allá de las que convenían a sus ideologías anti- sistema.

viernes, 2 de marzo de 2018


Política y filosofía del movimiento de opinión “ Calentamiento Global y Cambio Climático”

Parte III


Hasta aquí hemos escrito en forma muy general sobre cómo se fue desplegando este novedoso fenómeno cultural del ambientalismo, o de la conciencia sobre el planeta, durante los últimos cincuenta años, y también señalamos ciertas situaciones generales del ámbito cultural y de la opinión pública mundial en relación a este novedoso y grave situación del perjuicio causado en los ambientes naturales por el funcionamiento del sistema económico.

Ahora vamos a  repasar los hechos más importantes que concretaron la situación privilegiada de esta idea en la conciencia de la gente.

La conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en Estocolmo en junio de 1972, fue la culminación de una serie de actos llevados adelante por los grupos ambientalistas internacionales, y de ella saldría consolidada la idea del “catastrofismo global”, entendida como una situación límite respecto a los recursos naturales del planeta.

La Conferencia sobre la Biósfera, celebrada en París en 1968, y auspiciada también por las Naciones Unidas, había preparado ya el terreno para una consideración planetaria de los problemas del medio ambiente: por primera vez en forma pública se reconocía la interdependencia de todos los sistemas naturales del planeta respecto a las actividades del hombre, y se enfatizaba la presunta fragilidad de estos sistemas naturales frente a la contaminación creciente.

Sin embargo, en los setenta todavía existían fuertes corrientes de opinión que consideraban este “catastrofismo ambientalista” como algo absolutamente exagerado y motivado por cuestiones ideológicas. Desde la órbita de los países comunistas algunos voceros salieron a la palestra para defender la idea de una tierra con recursos virtualmente inacabables, diciendo que el socialismo, finalmente, solucionaría todo.

Las respuestas más interesantes fueron las de algunos políticos y científicos de los países del Tercer Mundo, quienes sostuvieron la idea de que el principal problema ecológico era la pobreza y el atraso que sufría la mayoría de los habitantes del planeta.

Hay que recordar que durante casi veinte años - 1968 hasta mediados de los años ochenta -  el foco de atención estaba en los siguientes temas:

a) Agotamiento de los recursos energéticos y minerales

b) Sobrepoblación y la explotación irracional de la tierra y el agua

c) Contaminación del aire y del agua; la urbanización alocada

d) Situación insostenible de los países pobres del Tercer Mundo

Pero desde mediados de los setenta del siglo XX se irá imponiendo, cada vez más, la idea de la centralidad del clima para la supervivencia del planeta.

Al principio, fue el alarmismo de una nueva edad de hielo que se avecinaba y que traería como consecuencia una producción mermada de las  cosechas de  alimentos imprescindibles , con los peligros de la vuelta de las hambrunas y de conflictos generalizados.

La guerra propagandística entre las potencias proporcionó tela para los pronósticos apocalípticos: la opinión pública norteamericana se enteraba por esa época de los grandes fracasos en las cosechas de trigo de la Unión Soviética.

Con todo, el gran giro o la gran convergencia hacia el problema climático como problema global relacionado ahora con un supuesto Calentamiento Global producido por la descarga humana de gases de efecto invernadero en la atmósfera  –fundamentalmente Dióxido de Carbono – (CO2 ),  producido al quemar combustibles fósiles, tendría que esperar la confluencia de varios acontecimientos acaecidos durante los años ochenta y noventa.


El avance de la globalización en los años ochenta primero, la desaparición de la Unión Soviética casi inmediatamente y, quizás lo más importante,  después de la desaparición de la ilusión socialista, las fantasías y los esfuerzos de un sector muy vasto de la militancia intelectual y política que se desplazarían hacia otros objetivos: la utopía de un mundo más justo y sin contaminación. Esta  novedosa motivación utópica podía mantener en foco la movilización del inconformismo político. Todo esto finalmente culminó en la  hipótesis de un peligro planetario inminente y se terminó de concretar el activismo y la militancia contra el calentamiento global y el cambio climático .















sábado, 17 de febrero de 2018




Política y filosofía del movimiento de opinión “ Calentamiento Global y Cambio Climático”


 Parte II

                      In old days men had the rack.  Now they have the press. 
                                                  Antiguamente existía la tortura. Ahora tenemos la Prensa.
                                                                                             Oscar Wilde.


No es fácil dar una idea consistente de un movimiento intelectual que se despliega a lo largo de casi 50 años sin caer en la trampa de presentarlo como si fuese premeditado.

Podemos señalar tres fuerzas que contribuyeron – y aún lo hacen – a la enorme difusión del movimiento conservacionista o ambientalista, cuya potencia parece hoy día que se ha transvasado en su totalidad al movimiento del Calentamiento Global y Cambio Climático.

La primera es sin duda el hecho que el auge económico de la segunda mitad del siglo XX provocó una cantidad impresionante de daño a la naturaleza y malestar creciente en la población.

La segunda es que el bienestar económico de los países centrales dio origen a una gran población universitaria, la mayoría de la cual se dedicó a las humanidades o fue muy influenciada por las corrientes de ideas de esas facultades.

La tercera es la revolución tecnológica de las comunicaciones que hace posible tener el mundo entero online las 24 horas de los 365 días del año.

Esta nueva corriente de opinión que venimos estudiando bien podría ser considerada, como en los manuales de filosofía, una nueva Weltanschauung o concepción del mundo, donde lo que se impone  en la conciencia de la gente es la importancia del Planeta Tierra como un todo. La Encíclica de Francisco, Laudato Sí, es meridianamente explícita, se trata de “Nuestra Casa Común”.

Una nueva concepción del mundo nunca es absolutamente nueva, sino que se nutre de muchas tendencias latentes presentes en la sociedad desde  mucho tiempo antes. En el caso que estudiamos aquí, se trata del rechazo del “consumismo” y del materialismo que todo lo invade; del descontento con las políticas, los políticos y en general con  todo el sistema social tal como se presenta cotidianamente; para los jóvenes, lo que está presente y es importante, es la sempiterna rebelión, el rechazo del mundo representado por los padres.

Algo que ha hecho de esta nueva concepción del mundo algo tan particularmente hostil hacia la sociedad científico-tecnológica es que las facultades de humanidades de Occidente se han visto desproporcionadamente influenciadas por las filosofías irracionalistas provenientes de Alemania; Heidegger se ha hecho popular vía Sartre, Foucault, Derrida, Deleuze, Guatari y demás filósofos post-modernos y post-estructuralistas. Si sumamos e esto que la Escuela de Frankfurt, representada por Adorno, Horkheimer y Marcuse también es muy hostil a la ciencia y a la técnica del mundo capitalista, el panorama no puede ser otro en lo relativo a cómo las juventudes de Occidente interpretan el desarrollo del sistema social capitalista.

Podría pensarse que el desenlace intelectual del presente no podría haber sido otro, puesto que él se encuentra tan mal balanceado en relación al verdadero carácter del impulso científico-tecnológico, cuyo carácter es considerado casi maligno por las nuevas generaciones.

La disonancia comenzó con los estudiantes que egresaron de las aulas universitarias en los años ochenta;  los formadores de la opinión pública, periodistas y  maestros, hicieron de correa de transmisión de este sentimiento negativo a toda la sociedad en general. Así se fue difundiendo este sentimiento negativo contra la actual sociedad y surgió la idea de una nueva utopía para superarla.







martes, 13 de febrero de 2018




Política y filosofía del movimiento de opinión “ Calentamiento Global y Cambio Climático”

PARTE I                                             


                                         SCHÜLER:


Doch ein Begriff muß bei dem Worte sein.


                                                      MEPHISTOPHELES:


Schon gut! Nur muß man sich nicht allzu ängstlich quälen
Denn eben wo Begriffe fehlen,
Da stellt ein Wort zur rechten Zeit sich ein.
Mit Worten läßt sich trefflich streiten,
Mit Worten ein System bereiten,
An Worte läßt sich trefflich glauben,
Von einem Wort läßt sich kein Jota rauben.
                                                    

                                                                J.W. Goethe
                                                                        Faust, I  

                                              Estudiante

                        Pero un concepto tiene que haber en la palabra.

                                                Mefistófeles

                         ¡ De acuerdo! Pero no hay que atormentarse 
                             Mucho y tener miedo
                            Pues precisamente donde los conceptos faltan
                              Surge una palabra en el momento justo
                             Con palabras se puede discutir de maravillas
                              Un sistema puede crearse con palabras
                             En palabras se puede tener fe perfectamente
                              Y ni una jota puede quitársela a la palabra

                

                                  El entrecomillado del título viene motivado por el carácter político y militante de este importante movimiento de opinión.  En política- como en la religión y en el arte -las palabras tienen una importancia crucial. Así que por ahora, mientras posponemos el capítulo científico del debate, vamos a atenernos a estas pautas.

Las explicaciones irán desarrollándose de lo general a lo particular y, momentáneamente, la explicación o aclaración de los aspectos puramente científicos de la polémica  quedarán para la última parte del ensayo.

Tradicionalmente en política los movimientos de opinión surgen cuando una parte de la población ve un problema y quiere darle solución; y esto es válido tanto a nivel de Nación y en el desarrollo histórico  de los partidos políticos, como en el más acotado nivel de las municipalidades y ciudades que se enfrentan a problemas puntuales.

Con la creciente importancia de los medios masivos, con su penetración en casi todos los ámbitos de la sociedad, los movimientos de opinión pueden muy bien surgir de arriba hacia abajo; basta una propaganda bien llevada  para convertir una insignificancia o pseudoproblema en tapa cotidiana de los medios informativos. Y todo esto se explica casi siempre porque detrás de esta construcción propagandística hay intereses políticos o económicos o ambos .

Con el “calentamiento global y cambio climático” – vamos a indicarlo desde ahora por sus iniciales CGCC - ha sucedido esto. Hay que remarcar, sin embargo, que la inquietud por los problemas del medio ambiente  ya había calado hondo en las sociedades avanzadas  en los años sesenta, y que el deterioro del medio ambiente fue siempre un problema real y serio. Por eso que cada vez que se habla del CGCC se dirige la atención hacia problemas concretos que supuestamente serían causados o agravados por el CGCC.

En los años setenta del siglo XX comenzaron a tomar impulso creciente algunos motivos-fuerza  que siempre están presentes en una sociedad. Con el auge del bienestar económico  en EE.UU y en  Europa, la gente comenzó a mirar con más atención el medio ambiente que la rodeaba, comprobando los graves efectos deletéreos de la contaminación, la deforestación, el aglomeramiento ciudadano, la miseria del Tercer Mundo y todo aquello que aún no había llegado a la altura del bienestar material ya adquirido.

La gran crisis del petróleo acarreada por la caída de la convertibilidad oro-dólar en 1971, y luego la guerra del Yom Kipur en octubre de 1973, que acarreó el embargo petrolero de los países árabes a Occidente y la formación de la OPEC, provocó una gran incertidumbre sobre el futuro en EE.UU. y Europa. Parecía que el modelo de desarrollo llevado adelante hasta esos momentos no era viable en un futuro.
Así tomaron fuerza las ideas surgidas unos años antes en el ámbito del Club de Roma y presentadas con bombos y platillos en la conferencia sobre medio ambiente de las Naciones Unidas en Estocolmo en 1972: control de la población y crecimiento eonómico cero. Implícito en esto estaba lógicamente una nueva modalidad de control sobre los recursos del Tercer Mundo.
Se abandonaba así la política del Progreso – Alianza para el Progreso - para los países pobres, que a partir de ese momento tendrían que buscar una nueva modalidad de desarrollo, por supuesto apadrinados por los Think Tanks de EE.UU. y Europa, que exigían control sobre las modalidades futuras del crecimiento económico.

La Guerra Fría también podía ser tomada como excusa; ¿O acaso el programa soviético de desarrollo material a toda costa, con la inhumanidad que significaba para las libertades individuales y la destrucción concomitante del medio ambiente no eran suficientemente reales como para requerir una reacción aquí y ahora.?

Todo esto, por supuesto, en la teoría y en las mentes agitadas de los burócratas y planificadores en los centros de poder mundial que diseñaban el futuro de la humanidad como después la generación siguiente diseñaría videojuegos. Pero sucedió  la pavorosa revolución tecnico-científica que a partir de ahora permitirá la abundancia material, no sólo para los privilegiados del primer mundo, sino para todos los hombres del planeta.

El mundo de escasez se convirtió de golpe en un mundo de abundancia, descolocando así a los intelectuales del primer mundo, que pecan de obcecados y nunca abandonan la idea de dominar, o controlar por lo menos, la situación provocada por el crecimiento acelerado y desordenado de la economía, que ahora barría todos los países de la tierra.

 Cayó el Muro de Berlín y entró China en escena, lo que provocó una creciente  demanda de todos los recursos naturales y a la vez inundó el mercado de trabajo mundial con una oferta de mano de obra equivalente al total de la ya existente en USA y Europa; las viejas preocupaciones y miedos sobre la hegemonía reaparecieron, y entonces fue el momento de desempolvar, de rescatar de las bibliotecas, las viejas historias y teorías  del fin del mundo.

De esta tormenta de miedo,  pasiones e intereses encontrados  que se abatió sobre New York, Washington, Berlín, Londres, París, San Francisco y demás centros del  mundo desarrollado surgirá este raro artificio del intelecto humano llamado Calentamiento Global y Cambio Climático.

Aquí algunos videos interesantes para tener una introducción sencilla al tema:

https://www.youtube.com/watch?v=mXQXDsBkGwo&index=3&list=FLvfImeNdZtdNQTxGcLYIcNQ

https://www.youtube.com/watch?v=Pg_2fJImqac&list=FLvfImeNdZtdNQTxGcLYIcNQ&index=1

https://www.youtube.com/watch?v=Z9j54rWnmeo&index=2&list=FLvfImeNdZtdNQTxGcLYIcNQ










miércoles, 31 de enero de 2018

               Andanzas de Trump
                        
                              Acuerdos de Paris y Cambio Climático

                      
                      
                      
                

            
             Uno de los temas más interesantes y polémicos del gobierno de Donald Trump ha sido el referido al retiro de los EE.UU. de los Acuerdos de Paris sobre el cambio climático, que se habían firmado en diciembre del 2015.


                 El presidente Trump volvió a reiterar la semana pasada su disposición para volver al Acuerdo de París, y así se lo expresó claramente al presidente francés Macrón en Davos, y lo reiteró el 28 de enero en una entrevista que le realizó Piers Morgan; Trump dijo que volverá, siempre y cuando se renegocien los términos del  acuerdo, que son “desastrosos” para los intereses de los EE.UU.
Piers Morgan lo entrevistó en exclusiva para la cadena ITV y cuando llegó al punto del cambio climático y el calentamiento global se produjo este intercambio:
                    
           
              Piers Morgan:-“Usted cree en el cambio climático?, Piensa que existe?”-

Presidente Trump:-“Hay enfriamiento y hay calentamiento, quiero decir, mire, no había cambio climático, había calentamiento global. Eso no estaba funcionando demasiado bien, porque se estaba poniendo bastante frío por ahí…
             
           
Las capas de hielo se iban a derretir, deberían haber desaparecido ya, pero resulta que ahora marcan records, OK?. Las capas de hielo están en un nivel record. Le voy a decir en lo que yo creo. Creo en el aire puro. Creo en el agua pura y cristalina. Creo que debemos tener una buena higiene en todo ”
               
              


Desde que Donald Trump anunció el 1 de junio del 2017 que EE.UU. se retiraba del Acuerdo de París, no se han detenido las especulaciones sobre cuáles iban a ser los siguientes pasos que daría el polémico mandatario.
Teniendo en cuenta que los medios de comunicación le son bastante hostiles- una reciente encuesta marca que los principales medios norteamericanos hacen una cobertura “negativa” del presidente Trump en un 90% de los casos- el polémico tema del cambio climático y el calentamiento global están demasiados ligados al tema de la energía y la economía del país como para quedar al margen de las crecientes polémicas.

En su momento, el vicepresidente  Mike Pence quizás haya dado la clave secreta de toda la polémica,  al contestarle a un periodista  que el tema del cambio climático era “una preocupación de la izquierda”, con lo que enmarcó la polémica dentro de la gran temática de la “ Guerra Cultural”.


                 Aunque los Acuerdos de París no tienen  carácter vinculante, EE.UU. no puede permanecer en ellos si desea llevar adelante la política marcada por la agenda del presidente Trump, cuyo eje principal en lo económico implica una reindustrialización de la nación  a partir de los ingentes recursos energéticos liberados por la revolución tecnológica del Shale oil y del Shale gas . No resulta casual que el otro país que está en las puertas de la revolución del Shale sea Gran Bretaña, que ha decidido liberarse de las trabas ambientalistas impuestas por la Unión Europea con su voto a favor del Brexit.

             

              Uno de los temas más polémicos y enredados de la administración Trump es sin duda el referido al cambio climático. Como el presidente ha dado pasos contundentes en la dirección contraria a la del mundo en general, no es ocioso profundizar en un tema que casi siempre se lo trata desde el punto de vista de la polémica entre grupos de opinión, y sólo muy raramente desde  los fundamentos científicos. Claro que los medios no son el lugar más adecuado para tratar la parte estrictamente científica del asunto, y se suele decir que la ciencia ya está definida y establecida, y que el 97% de los científicos están de acuerdo en que el cambio climático y el calentamiento global existen.
                Pero como aclara el Dr. Richard Lindzen, eminente físico de la atmósfera del Instituto de Tecnología de Massachusetts, y uno de los científicos que más ha trabajado en la crítica minuciosa de la metodología utilizada por el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de las Naciones Unidas -IPCC - no sirve de nada estar de acuerdo en algo que desde el punto de vista científico es trivial, en la medida en que no se cuantifique la magnitud de los cambios que se darán  en la temperatura del planeta, en una atmósfera con más gases de efecto invernadero.
            Es la parte cuantitativa la que va a determinar si los cambios en la temperatura futura del planeta van a acarrear problemas más o menos graves.
                 En los últimos diez años se ha producido un desplazamiento gradual de la opinión de la comunidad científica, puesto que los modelos basados en el balance energético y en el efecto de los Gases de Efecto Invernadero que utiliza el IPCC, no han podido ser corroborados por el comportamiento del clima real y, como  ha señalado el Dr. Lindzen, lo más probable es que se haya sobreestimado el calentamiento del planeta al modelizarse en forma espuria, en el sistema atmosférico,  la importancia de los procesos de retroalimentación – feedbacks – específicamente los referidos al vapor de agua.
             
               La influencia del Dióxido de Carbono sería bastante insignificante en relación a los factores naturales que determinan el comportamiento climático a largo plazo. La temperatura de la tierra se mantendría dentro de los parámetros normales que marcan los estudios paleoclimáticos para el pasado reciente de la tierra, y el aumento del CO2 en la atmósfera no tendría mayores consecuencias.
            En realidad, considerando que el gas en cuestión es el alimento de las plantas, y que se cree que el reverdecimiento del planeta de las últimas décadas puede deberse al pequeño aumento desde 300ppm a principios del siglo XX hasta 400ppm de la actualidad, el incremento del dióxido de carbono atmosférico sería un beneficio mayor, teniendo en cuenta que la producción de alimentos es clave para el futuro.

               Recientemente el límite máximo del calentamiento esperado para el año 2100, de acuerdo a los modelos del IPCC, se ha reducido a la magnitud de 2,4°C, bastante por debajo del de 4,5°C, que solía indicarse como cota máximo en los mismos reportes del IPCC hasta hace muy poco tiempo. Considerando que la metodología del IPCC establece que sólo el 50 % de esa cifra es debida al hombre -es decir, a la  quema de combustibles fósiles –,tenemos que la contribución del dióxido de carbono y los demás gases de efecto invernadero, estaría dentro de márgenes que no deberían preocuparnos.

              Los informes del IPCC han sido utilizados por los grupos de intereses que fomentan la instalación de energías alternativas, eólica y solar, levantando la bandera de la urgencia de estas soluciones si es que se quiere “salvar el planeta”. Como los costos finales de estas “soluciones” muchas veces resultan inabordables, ya que ese tipo de energías son intermitentes y requieren sí o sí de un sostén o backup de recursos tradicionales, la oposición a éstas ha crecido y ha traído como consecuencia  que se hayan formado grupos de políticos y de ciudadanos muy críticos a estas alternativas, ahora que las deficiencias del enfoque de las Naciones Unidas se han hecho evidentes. Sin embargo, en general, los principales medios de opinión de todo el mundo siguen adheridos a la idea que el futuro del clima es peligroso y que “algo” hay que hacer.