viernes, 2 de marzo de 2018


Política y filosofía del movimiento de opinión “ Calentamiento Global y Cambio Climático”

Parte III


Hasta aquí hemos escrito en forma muy general sobre cómo se fue desplegando este novedoso fenómeno cultural del ambientalismo, o de la conciencia sobre el planeta, durante los últimos cincuenta años, y también señalamos ciertas situaciones generales del ámbito cultural y de la opinión pública mundial en relación a este novedoso y grave situación del perjuicio causado en los ambientes naturales por el funcionamiento del sistema económico.

Ahora vamos a  repasar los hechos más importantes que concretaron la situación privilegiada de esta idea en la conciencia de la gente.

La conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, celebrada en Estocolmo en junio de 1972, fue la culminación de una serie de actos llevados adelante por los grupos ambientalistas internacionales, y de ella saldría consolidada la idea del “catastrofismo global”, entendida como una situación límite respecto a los recursos naturales del planeta.

La Conferencia sobre la Biósfera, celebrada en París en 1968, y auspiciada también por las Naciones Unidas, había preparado ya el terreno para una consideración planetaria de los problemas del medio ambiente: por primera vez en forma pública se reconocía la interdependencia de todos los sistemas naturales del planeta respecto a las actividades del hombre, y se enfatizaba la presunta fragilidad de estos sistemas naturales frente a la contaminación creciente.

Sin embargo, en los setenta todavía existían fuertes corrientes de opinión que consideraban este “catastrofismo ambientalista” como algo absolutamente exagerado y motivado por cuestiones ideológicas. Desde la órbita de los países comunistas algunos voceros salieron a la palestra para defender la idea de una tierra con recursos virtualmente inacabables, diciendo que el socialismo, finalmente, solucionaría todo.

Las respuestas más interesantes fueron las de algunos políticos y científicos de los países del Tercer Mundo, quienes sostuvieron la idea de que el principal problema ecológico era la pobreza y el atraso que sufría la mayoría de los habitantes del planeta.

Hay que recordar que durante casi veinte años - 1968 hasta mediados de los años ochenta -  el foco de atención estaba en los siguientes temas:

a) Agotamiento de los recursos energéticos y minerales

b) Sobrepoblación y la explotación irracional de la tierra y el agua

c) Contaminación del aire y del agua; la urbanización alocada

d) Situación insostenible de los países pobres del Tercer Mundo

Pero desde mediados de los setenta del siglo XX se irá imponiendo, cada vez más, la idea de la centralidad del clima para la supervivencia del planeta.

Al principio, fue el alarmismo de una nueva edad de hielo que se avecinaba y que traería como consecuencia una producción mermada de las  cosechas de  alimentos imprescindibles , con los peligros de la vuelta de las hambrunas y de conflictos generalizados.

La guerra propagandística entre las potencias proporcionó tela para los pronósticos apocalípticos: la opinión pública norteamericana se enteraba por esa época de los grandes fracasos en las cosechas de trigo de la Unión Soviética.

Con todo, el gran giro o la gran convergencia hacia el problema climático como problema global relacionado ahora con un supuesto Calentamiento Global producido por la descarga humana de gases de efecto invernadero en la atmósfera  –fundamentalmente Dióxido de Carbono – (CO2 ),  producido al quemar combustibles fósiles, tendría que esperar la confluencia de varios acontecimientos acaecidos durante los años ochenta y noventa.


El avance de la globalización en los años ochenta primero, la desaparición de la Unión Soviética casi inmediatamente y, quizás lo más importante,  después de la desaparición de la ilusión socialista, las fantasías y los esfuerzos de un sector muy vasto de la militancia intelectual y política que se desplazarían hacia otros objetivos: la utopía de un mundo más justo y sin contaminación. Esta  novedosa motivación utópica podía mantener en foco la movilización del inconformismo político. Todo esto finalmente culminó en la  hipótesis de un peligro planetario inminente y se terminó de concretar el activismo y la militancia contra el calentamiento global y el cambio climático .















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